Así, ante los ojos de las miles de personas que se han dado cita en la playa de La Malagueta, se ha mostrado emocionado y agradecido por tener esta oportunidad, asegurando que los "auténticos" pregoneros de la Feria son los malagueños, "los que la vivís cada día, los que la hacéis guapa, los que cada mañana, desde el más bonito de los anonimatos, hacéis que Málaga sea lo que es".
Rovira, que ha mencionado muchos de los lugares por los que pasó durante su infancia, ha reconocido que echa de menos la ciudad después de llevar 12 años fuera y ha asegurado que, "cuando uno vive Málaga desde fuera, se le despierta un sentimiento, que es de los más difíciles de llevar".
En su pregón ha tenido constantes referencias a ese "idioma propio" como es el malagueño, "que sólo te das cuenta de que existe cuando sales de Málaga". Por ello, ahora que está fuera de su ciudad natal, ha dicho echar de menos "llamar a las cosas por su nombre".
También añora las tardes de verano en las playas malagueñas, los camperos de pollo a las cuatro de la madrugada, los espetitos de sardinas y las moragas en Sacaba, además del olor a biznaga, el soniquete de unos verdiales de Almogía, la porra, el mollete o los conciertos de Tabletom en la Feria.
Aunque como buen cómico el humor ha estado presente en su pregón, ha hecho referencia a "los momentos duros" por los que está pasando el mundo. "La crisis, el paro y el recorte de muchos derechos fundamentales están agotando nuestras fuerzas y mermando nuestra buena voluntad", ha lamentado. Por ello, ha enviado "toda su fuerza" a las familias que "van remando contracorriente", a los jóvenes y a los ancianos.
"El malagueño es solidario y no dejará caer jamás al que tiene a su lado. No nos desanimemos, es nuestra obligación cumplir nuestros sueños, y las alas se llevan por dentro. Y esas alas no se pueden recortar", ha manifestado.
El pregonero ha tenido palabras para sus familiares porque "si me he podido dedicar a la comedia es porque soy un tipo feliz, y mi familia es la gran responsable de ello", y también para sus amigos, "esa segunda familia que es la que escogemos". De hecho, ha afirmado que "son tantos y tan buenos los que esta ciudad me ha brindado, que no pido otra fortuna que conservarlos para siempre".
Sobre la Feria de su ciudad ha dicho que desde pequeño la ha "vivido muy intensamente". "Ojalá pudiéramos volver a vivir las cosas como las vivíamos por primera vez: esos cacharritos, esa foto en el patio andaluz con el caballo de cartón piedra, ese olor a algodón dulce, el látigo, la noria o Camela", ha subrayado.
Por otro lado, como pregonero ha declarado que está "en la obligación" de dar "consejos saludables" para las fiestas de este año, porque, tal y como ha insistido, "os lo dice un veterano de Feria". "Yo también he llevado durante seis años las camisetas de la peña del Fary y sé lo que es vivir estas fiestas como si se fuera a acabar el mundo", ha reconocido.
n su decálogo de consejos, ha mencionado que si se tiene la intención de jugar a la tómbola, hay que hacerlo al final porque "he visto gente llevando un Piolín de 16 kilos durante seis horas", o que, aunque el Cartojal regale un pañuelo, si te compras la botella y cada uno quiere tener uno, es mejor "traérselo de casa y así disfrutáis del Cartojal de manera moderada".
También ha señalado que "no hay que darle un tambor al niño y si le vais a comprar una trompeta, pensad que esa trompeta luego acaba en casa"; "por si salís desorientados, el Pimpi tiene doble salida y doble entrada, que no es el efecto del vino"; que "los chicos aunque no sepan, deben ofrecerse a bailar sevillanas con la chica que se lo pida porque es una oportunidad única de arrimar folclore y risas".
Además, ha señalado que el punto de encuentro para quedar tiene que ser la calle Larios. "un sitio discreto y estratégico, donde nadie queda", y, por último, ha pedido a los chavales que se "pongan la camiseta".
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