Sus nombres son Maruja y Manolo ni que decir lo especiales e importantes que han sido y son para mi, no hay palabras para agradecerles tantos gestos y tanto cariño.
El último detalle de Maruja fue hace unos días en estas navidades, fuimos como siempre a saludarlos y como no, tenían tres bolsas enormes de regalos para las niñas, cuentos, peluches y un sin fin de obsequios salín de ellas como si de un cofre mágico se tratara, pero lo mejor de todo, lo más emocionante fue la manta de patchwoord que Maruja con sus 80 años habia estado haciendo hacía meses una para cada una de mis hijas, de increibles y maravillosas telas traídas de Canadá estas hermosisímas colchas cosidas a golpe de cariño y con hilos de amor llevaban en sus cuadraditos, las largas horas, la pasión y la noble dulzura hilvanada en cada puntada. Un trabajo exquisito, un cuento, un sueño y sobre todo un esfuerzo hecho con todo el cariño del mundo que mis hijas conservarán como el mejor de los regalos, el regalo de su abuelita Maruja a quien tanto queremos todos.
Manolo no se quedó atrás tampoco y estuvo coleccionandoles muchísimos DVD de películas infantiles, cromos, figuritas y un sin fin de coleccionables dando muchos paseitos al kiosco.
Son dos personas maravillosas y yo tengo una suerte enorme de que Dios las pusiera en mi camino....
Los lazos de sangre no son garantía de amor desinteresado.
ResponderEliminarLa verdadera amistad es la que se alimenta a base de detalles, detalles diarios, detalles que no esperas, detalles que pellizcan el corazón.
Tienes la gran suerte de tener estas personas en tu vida. Disfruta de ellas. ¡maravilloso!
Sí que tienes suerte.