VINCULACIÓN DE LA ARMADA ESPAÑOLA CON NTRA. SRA. DE LA SOLEDAD
A mediados del siglo XVIII ocurrió un suceso que ya forma parte de la Semana Santa malagueña.
Un buque de la Armada Española estaba a punto de naufragar en la desembocadura del río Guadalmedina a causa de una fuerte tempestad.
Los marineros, en medio del temporal, divisaron, entre las muchas iglesias que había en la ciudad, la torre del convento de Santo Domingo y se encomendaron a la Virgen que se encontrara en su interior. El milagro se produjo y la tripulación consiguió llegar sana y salva a tierra firme.
Entonces, los marineros se dirigieron agradecidos hasta el templo que les sirvió de salvadora guía cuando creían que su final era seguro. Al entrar en la iglesia del convento estos hombres de la mar se arrodillaron ante la enlutada imagen de Ntra. Sra. de la Soledad, a la que dieron gracias por su intercesión, merced a la cual habían logrado salvar la vida.
La tripulación quiso que en ese mismo momento se oficiase una misa de acción de gracias a la Virgen. Su deseo no pudo llevarse a cabo, al no autorizar el prior del convento dominico la eucaristía alegando que era Sábado Santo y que ese día estaban prohibidas las misas.
Así pues, los marineros decidieron rezar una salve a Ntra. Sra. de la Soledad. Sin embargo, acordaron entre ellos hacer todo lo que estuviese en su mano para que la misa pudiese celebrarse todos los Sábados Santos. Para ello solicitaron un privilegio especial y recurrieron ante el entonces obispo de Málaga, José Franquis y Lasso de Castilla.
El prelado, a su vez solicitó al Papa Benedicto XIV una bula para que la citada misa pudiese llevarse a cabo. Además, Franquis y Lasso de Castilla pidió el título de Pontificia para la hermandad de Nuestra Señora de la Soledad, cuya bandera se procesiona cada Jueves Santo.
Ambas solicitudes fueron concedidas por el pontífice. La salvación de la tripulación fue el punto de arranque de los lazos de unión entre la hermandad y la Marina Española, confraternización que se ha mantenido a lo largo de los años, acompañándo estos a Ntra. Sra. de la Soledad durante su recorrido procesional por las calles de Málaga y que se espera que continúe por siempre.
La misa de privilegio se suprimió con la nueva regulación del Concilio Vaticano II, ahora el Sábado Santo, la cofradia oficia un acto que se denomina celebración de la Soledad de María. El Domingo de Resurrección se celebra una misa de acción de gracias.
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