La integración de la mujer y su participación directa en el mundo cofrade se debe fundamentalmente a la voluntad y la lucha de muchas de ellas por integrarse en todas las actividades de la Semana Santa en igualdad de condiciones.
Las mujeres siempre han colaborado en la representación de la Pasión y Muerte de Cristo, pero esta dedicación se centraba exclusivamente en la organización interna, es decir, en la elaboración de túnicas y trajes, responsables del cuidado y vestido de los titulares, cuidado y limpieza de las capillas y cofradías, en la ornamentación, en la consecución de donativos, etc. El espacio externo de representación y los lugares de toma de decisiones estaban reservados a los hombres, como ocurría en el resto de la sociedad.
La participación visible de las mujeres en la Semana Santa se produce por un hecho producido en Málaga durante los años 70, cuando las hermandades malagueñas entran en crisis por diferentes motivos, y al no poder pagar a los portadores profesionales del puerto, hacen un llamamiento solicitando voluntarios.
Las cofradías solucionaron dicho problema incorporando de forma voluntaria a sus nazarenos debajo del varal. Así se les dio a las mujeres la oportunidad de vestir túnica y capirote para cubrir las bajas de los hombres y asi poco a poco mediante un proceso natural de feminización, las mujeres empiezan a estar presentes en las cofradías y siendo partícipes en los desfiles procesionales, como nazarenas, portadoras, en bandas de música y en los ámbitos de toma de decisiones, donde algunas presiden y forman parte de las juntas de gobierno.
Málaga es una de las pioneras en Andalucía donde, desde hace más de 40 años, las mujeres han llegado a ocupar puestos de gran responsabilidad dentro la Semana Santa. A pesar de todo en el año 2003 se generó una gran controversia con la participación de una de las primeras portadoras de tronos, Adela Utrera. La cofradía Dolores de San Juan fue una de las primeras en incorporar en sus órganos de gobierno a una mujer, al nombrar a Adela Rubio Jiménez como hermana mayor.
Sin embargo, fue Paloma Sánchez Domínguez en 1976 la primera secretaria general que hubo en una cofradía en la ciudad de Málaga, en concreto la de La Pollinica. Esta mujer además publicó el libro, 'Mujeres y cofradías en Málaga', con la intención de dar a conocer la labor desarrollada por las mujeres en el mundo cofrade y terminar así con la invisibilidad a la que ha estado sometida durante siglos.
En Málaga cabe destacar uno de los momentos emblemáticos que es cuando El Cautivo y la Virgen de la Trinidad tiene su momento cumbre frente al Hospital Civil, y es portado por sanitarios (mujeres y hombres) que con su bata blanca trasladan las imágenes entre los vitores del pueblo malagueño y los enfermos asomados a sus habitaciones que esperan recibir la bendición con el fin de curar sus males.
En los municipios malagueños también han logrado las mujeres una importante aportación en la Semana Santa.
En Alfarnate la hermana mayor de la cofradía es una mujer, y en Antequera, en el año 2009 María Trinidad Calvo Gómez fue nombrada hermana mayor de una cofradía y primera mujer hermana mayor de la Semana Santa de Antequera.
El Alozaina las mujeres durante años no pudieron asistir a la procesión de la penitencia el Jueves Santo pasada la medianoche, tampoco podían verla ni desde la calle ni siquiera desde los balcones siendo recriminadas por los hombres si lo hacían y obligadas a verla entre rendijas sin hacer ruido, sin embargo el viernes Santo eran ellas las que salían acompañando en su triste trance a la Virgen Dolorosa y hoy en día han pasado de portar no solo uno sino varios tronos como son El Sepulcro, El Amarrao, San Juan y el Santo Sudario.
El Bobadilla Estación El Cristo de las Almas es llevado en su totalidad por mujeres.
También en Alhaurín el Grande las alhaurinas tienen un papel importantísimo en las hermandades, ocupando puestos destacados en la directiva, y siendo portadoras de tronos y enseres en las procesiones, además participan en las representaciones en vivo. Igualmente en Mijas, el Viernes Santo el trono de la Virgen de los Dolores es llevado íntegramente por 80 mujeres.
Desde hace tres años, en Vélez-Málaga son las mujeres las que trasladan a las imágenes en tronos pequeños, en un via crucis previo a la procesión. En el caso de La Pollinica del Domingo de Ramos son portadoras femeninas en su totalidad quienes hacen el recorrido oficial.
Lo más significativo de la Semana Santa de Casares es que los tronos son portados por hombres y mujeres. En Casares solo hay una hermandad, en la que la proporción de hombres y mujeres está igualada. En relación a la participación de las mujeres en la Semana Santa de Carratraca, hay entre 30 y 40 portadoras del Trono del Cristo Crucificado.
En Coín la Hermandad de la Santísima Virgen de los Dolores fue fundada por un grupo de veinticuatro mujeres muy devotas de la Virgen María en su advocación de los Dolores, el 4 de abril de 1991, y actualmente en Álora, de las ocho cofradías existentes, en cinco de ellas son las féminas quienes ostentan los cargos de hermanas mayores.
También en Alpandeire, el papel de la mujer es muy relevante ya que desempeñan tres funciones protagonistas: como camareras, como portadoras y como mayordomas de trono. Por último, en Mollina, al tratarse de una Semana Santa muy reciente, esta cofradía ha incorporados desde sus comienzos en 2001 a las mujeres en igualdad de condiciones, participando en todos los papeles y cargos de la cofradía.
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